EL CORREO ELECTRONICO: La verdadera naturaleza del correo electrónico se manifiesta en el reino de la experimentación, lo que significa que sólo se puede comprender si se usa de forma sostenida y no superficial. Está al alcance de cualquiera entender de una manera conceptual que el correo electrónico es un sistema en el que sus usuarios producen, envían, reciben y gestionan mensajes sobre/desde una pantalla de ordenador, terminal o pecé, porque ésta es una propuesta lógica, propia del pensamiento abstracto, pero "comprender" es algo más, es interiorizar, poseer, meter en las capas inferiores del cerebro, allí donde se forma el sustrato emocional de las experiencias: aplicar, experimentar, ensayar, fracasar, reintentar. Requiere tiempo.
Cuando digo "tiempo", quiero decir "tiempo de la vida personal", pero también tiempo de la vida de todos, o sea tiempo de la historia, la duración de la evolución tecnológica y cultural.
Este verano, en el curso "Telecomunicaciones y Sociedad: el Futuro Inmediato", organizado por la Universidad del País Vasco, de pie junto a unos ventanales orientados a la incomparable bahía de Donostia (San Sebastián), me encontré en la situación de intentar explicarle a una audiencia de unas cien personas, en su inmensa mayoría desconocedores de todo lo referente al tema, en qué consiste el correo electrónico, para qué sirve y por qué hay que verlo como un nuevo medio de comunicación. Con las premisas que he presentado arriba, fui consciente entonces de que acometía una ¡misión imposible!, y no me olvido de que algo semejante puede suceder entre este texto y algunos de sus lectores. |
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